Eres el orden de mi caos más absoluto...

Mirarte a los ojos y sentir como desaparece el mundo. Perderme en tu mirada, en esos ojazos marrones. Sentirme vulnerable, porque tan solo con oírte respirar me pierdo en el infinito de tus suspiros, que tu aliento me acaricie, un roce, tan sólo un roce necesito para perder la cabeza por completo. Me siento la chica más valiente del mundo por un momento, para que llegues tú con esa sonrisa y pase a convertirme en un ser chiquitito, al que puedes manejar a tu antojo. Y es que cuando sonríes, mi cuerpo entero se paraliza y entonces no existe nada más, solo tú. Intento moverme, pestañear, respirar, pero es imposible. Es como cuando estás cerca de mí, o te toco, te rozo... escalofríos que recorren cada músculo, cada parte de mí, como si fuese una corriente eléctrica que se mueve a la velocidad de la luz. No me dejas tiempo de reacción. Un abrazo... igual al éxtasis. Pero sin duda alguna, algo que supera con creces cualquier tipo de alegría, es la manera que tienes de mirarme, que me mata... me mata... Si me siento perdida, asustada, con pensar en tus ojos me siento protegida. Y es que no me hace falta nada más... solo tú y esa maldita obsesión que me lleva a la locura.