martes, 27 de enero de 2015

Y entonces la suerte llama a la puerta de tu destino... ♣

Esperanza. Un rayo de esperanza que ilumina tu vida y la llena de felicidad. Felicidad extrema. Que no solo proviene de esa esperanza sino de tu vida. Tu preciosa vida. Estar vivo no es una casualidad. Estar vivo es un milagro lleno de mil milagros más. Estar vivo te da la oportunidad de sentir. Y no hay cosa que lo iguale. Pasión. Llena de pasión tu vida que a su vez la llenará de colores. Cuando vivas así no podrás vivir de otra manera. Apasionate por cada cosa que hagas. Ser feliz es sinónimo de vida. No pienses de otra manera. No te lo permitas. Se la protagonista de tu vida. Sal ahí fuera y se. Vive con pasión. Que tiemble hasta la tierra por cada paso que des. Porque has llegado a este mundo para marcar la diferencia. Márcala. Cambia el mundo.

viernes, 9 de enero de 2015

Soñar, soñar y soñar. Dormida y despierta. Ese sigue siendo el remedio natural para tanto desastre y caos juntos, revolviendo mi vida.
A pesar de que la preocupación de soñar demasiado y no salir de ese sueño está ahí, sigo soñando. Total... ¿qué puede ofrecerme la realidad que supere a los sueños? Por el momento nada.
Seguir soñando pase lo que pase.
Un pinchazo. Seguido de un fuerte boom. Un golpe en el pecho. Dentro, muy dentro. Algo difícil de explicar. Un vacío. Sensación de vacío. De un precipicio muy alto. Y caes. Y vuelves a caer. Y sacas fuerzas de donde sea, y vuelves a sonreír. Y otra vez vuelta a lo mismo.
Y así hasta que sales de ese círculo vicioso que es cambiar, evolucionar. Querer cambiar el mundo que te rodea y el mundo en general. Querer conseguir ser la protagonista de tu vida. No saber cómo hacerlo. "Viviendo. Vive. Vive.. ¡Vive!", te repites una y otra vez. Pero te pierdes. ¿Y qué? Hay que perderse varias veces antes de encontrar tu destino. Es así. No hay arcoiris sin tormenta, ya sabes. Y aún así no te puedes quitar de encima esa piedra que está en tu corazón. Pesa demasiado. Necesitas una grúa para levantarla. Y no hay grúa alrededor. No por el momento. Así que... tú solo... vive.

sábado, 16 de agosto de 2014

Una armadura contra las emociones, contra los sentimientos, contra la gente. Contra todo ese royo de falso amor, de besar a cualquiera, de besar a cientos de desconocidos cada minuto. Una armadura para un corazón roto y un alma demasiado sensible para el mundo que la rodea. 

Ya estamos apunto de acabar otro año, y en mi interior siguen viviendo monstruos, que más que amigables parecen todo lo contrario. Emociones, sentimientos, pensamientos, experiencias, decisiones. Todos ellos viajan sobre mi espalda como un equipaje. Y pesa. A veces pesa. 
Superas un camino lleno de obstáculos y de repente te encuentras ante otra difícil decisión: el  mismo camino que se bifurca en dos. Toca de nuevo elegir, y otra vez cientos de obstáculos. Y esos monstruos me impiden seguir. 
Todos esos textos tan bonitos, esas frases de películas, actores y sabios, son ciertas.  Es necesario dejar ir los miedos, porque si no se aferran en tu interior convirtiéndose, con el paso del tiempo, en monstruos. 
Te encuentras ante una nueva situación y ahí están, haciendo que tropieces una y otra vez con la misma piedra e incluso distintas pero igual de dañinas. Y aprendes, y sigues aprendiendo y cayendo y volviendo a levantarte. Y te preguntas si eres tú, si son el resto. Y todas las respuestas a todas las preguntas se encuentran en tu interior. Deja ir los miedos, perdonate, perdona a la gente que necesites perdonar, deja el rencor a un lado y... vive. Vive como si no existiera un mañana. 

sábado, 4 de enero de 2014

Siempre en estado de espera...

A veces lo que esperas es peor si lo comparas con lo inesperado. La razón por la que nos aferramos a  nuestras esperanzas es que lo que esperamos es lo que nos mantiene vivos, en pie, esperando.
Esperar es sólo el comienzo. Lo inesperado es lo que cambia nuestras vidas y las pone patas arriba.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Come with me.

"Pero si alguna vez sientes la necesidad de compartir heridas y llorar a carcajadas y tenerle miedo a la vida que nos mata, si nos toca llorar de a dos para justificar tanta alegría inadecuada, lo haremos sin pudor, pequeña, hasta inundar el colchón de sal inesperada."