Soñar, soñar y soñar. Dormida y despierta. Ese sigue siendo el remedio natural para tanto desastre y caos juntos, revolviendo mi vida.
A pesar de que la preocupación de soñar demasiado y no salir de ese sueño está ahí, sigo soñando. Total... ¿qué puede ofrecerme la realidad que supere a los sueños? Por el momento nada.
Seguir soñando pase lo que pase.
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