Un pinchazo. Seguido de un fuerte boom. Un golpe en el pecho. Dentro, muy dentro. Algo difícil de explicar. Un vacío. Sensación de vacío. De un precipicio muy alto. Y caes. Y vuelves a caer. Y sacas fuerzas de donde sea, y vuelves a sonreír. Y otra vez vuelta a lo mismo.
Y así hasta que sales de ese círculo vicioso que es cambiar, evolucionar. Querer cambiar el mundo que te rodea y el mundo en general. Querer conseguir ser la protagonista de tu vida. No saber cómo hacerlo. "Viviendo. Vive. Vive.. ¡Vive!", te repites una y otra vez. Pero te pierdes. ¿Y qué? Hay que perderse varias veces antes de encontrar tu destino. Es así. No hay arcoiris sin tormenta, ya sabes. Y aún así no te puedes quitar de encima esa piedra que está en tu corazón. Pesa demasiado. Necesitas una grúa para levantarla. Y no hay grúa alrededor. No por el momento. Así que... tú solo... vive.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Di lo que estás pensando: