viernes, 9 de enero de 2015

Un pinchazo. Seguido de un fuerte boom. Un golpe en el pecho. Dentro, muy dentro. Algo difícil de explicar. Un vacío. Sensación de vacío. De un precipicio muy alto. Y caes. Y vuelves a caer. Y sacas fuerzas de donde sea, y vuelves a sonreír. Y otra vez vuelta a lo mismo.
Y así hasta que sales de ese círculo vicioso que es cambiar, evolucionar. Querer cambiar el mundo que te rodea y el mundo en general. Querer conseguir ser la protagonista de tu vida. No saber cómo hacerlo. "Viviendo. Vive. Vive.. ¡Vive!", te repites una y otra vez. Pero te pierdes. ¿Y qué? Hay que perderse varias veces antes de encontrar tu destino. Es así. No hay arcoiris sin tormenta, ya sabes. Y aún así no te puedes quitar de encima esa piedra que está en tu corazón. Pesa demasiado. Necesitas una grúa para levantarla. Y no hay grúa alrededor. No por el momento. Así que... tú solo... vive.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Di lo que estás pensando: