Un poco de valor por favor, para seguir a mi corazón...

Cuando sientes que el corazón se ahoga, que reclama atención, que en silencio clama impaciente sus deseos más ocultos. Cuando no puede ser y justamente cuando más lo deseas. Cuando tu cabeza gana al corazón, pero a pesar de ello el corazón sigue soñando feliz, sigue saltando cuando te llama o te envía un mensaje. Su dulce voz, sus caricias, su mirada, sus palabras, un simple roce... y el corazón vuelve a gritar. ''¡No es amor!'', dice la razón, una y otra vez. Pobre corazón, que ahoga sus llantos en un mar de lágrimas invisibles. Pobre corazón, pues es aquel que sufre todas las agonías. Pobre de mi alma, que con cada respiración intenta unirse a ti.
Intentos fallidos de un corazón kamikaze...