miércoles, 7 de septiembre de 2011

Es lo que tienen las casualidades, que a veces significan más cosas...

Cuando caminas por tu barrio con el ipod a tope, sin escuchar otro ruido que el de la música fundiéndose en cada parte de tu cuerpo. Y de repente sin saber por qué levantas la cabeza, y tu mirada se cruza con la de un chico. Le pierdes de vista y sigues sumida en tu música, pero esta vez con el pensamiento en otra parte, en otro lugar. Al rato te olvidas y sigues con los recados. Toca volver a casa. Mismo camino de vuelta pero algo diferente, no sabes qué es. Te olvidas otra vez del mundo y sigues tarareando esa canción que tanto te gusta. Y de nuevo esa sensación, esos ojos clavados en los tuyos a fuego. Una mirada se cruza entre dos desconocidos que si se hubieran conocido serian el uno para el otro. 


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