domingo, 24 de abril de 2011

Dicen que la risa es buena para la salud.. y gracias a ella no me voy a morir nunca ♥

Felicidad. En su estado más natural, loco, descontrolado. Pura felicidad que, para mí, tiene cinco letras. Tener que tirarte al suelo porque no te sostienes de la risa, tener que agacharte del tremendo dolor de tripa, intentar parar de reír porque te duele la mandíbula.
Es como esas típicas escenas de las películas en las que ralentizan las escenas de extrema felicidad. Cuando estoy con ella mis momentos son así, de felicidad infinita. Da igual que me sienta algo desanimada, si nadie lo nota ahí está ella. Es la persona más maravillosa, buena, alocada, risueña, que podrías conocer. Seguramente todos digamos eso de alguien en concreto, pero nada comparable a ella. Lo aseguro.

Felices 18 ♥  Por fin mayor de edad. Llevamos soñando con cumplir dieciocho desde hace ni se sabe, soñando con poder viajar donde queramos, cuando queramos y con quien queramos. Pero ahora que ya estamos aquí, nos damos cuenta de que hemos llegado a un punto importante de nuestra vida, en el que tenemos mil obligaciones, preocupaciones, sentimientos, emociones, de adultos, aunque la mayor parte de adolescentes. Sentimos preocupación por nuestros padres, familiares; estamos agobiadas por el instituto, porque nos hemos dado cuenta de que estamos cerca de crear nuestro futuro, y al mismo tiempo tenemos ganas de seguir viviendo como locas, disfrutando cada segundo, cada respiración, cada latido. Deberíamos dejar atrás esos instantes de la infancia en los que no hacíamos más que soñar, y sin embargo es lo único que hacemos. Soñamos con el amor, con que todas las ''penas'' que hemos pasado se evaporen poco a poco y llegue ese príncipe; soñamos con coger el ave un día sin avisar e irnos de viaje maleta en mano. Soñamos con miles de cosas día a día, sin darnos cuenta de que estamos en una etapa distinta, de cambio, de evolución. En la que es hora de olvidar lo que fue, afrontar lo que es, e imaginar lo que será. Y poner cabeza en ello. 
Y aunque sabemos que nuestros padres tienen razón, no podemos evitar seguir en nuestro mundo, viviendo y haciendo lo que sentimos en el momento, haciendo caso a nuestro corazón que nos pide a gritos que vivamos, que cometamos locuras. En verdad es hora de cometer locuras, así que... ¿por qué no cometerlas juntas?







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Di lo que estás pensando: