Quien de verdad te quiera no te hará llorar.

No me gusta criticar a la gente aunque a veces lo haga. No me gusta hablar mal de nadie, y sin embargo en ocasiones no puedo evitarlo. Me gusta sacar el lado bueno a todo; sacar la parte buena de las personas, incluso de las que parecen irreversiblemente malas. Intento de todas las formas posibles perdonar a todos aquellos que algún día me hicieron daño; no dar importancia a los defectos de los demás pues son un reflejo de los tuyos. Pero hay veces, en las que ver el lado bueno de las cosas no sirve, buscar palabras bonitas no te alivia, pensar que no te ha hecho daño adrede no te soluciona nada.
Hay veces en las que te encantaría que tu vida fuera como un ordenador y que, rápidamente, pudieras apretar el botón ''suprimir'' y seguir adelante sin sentir dolor. O que pudieras ir al botiquín de tu casa y tomarte una ''pastilla del olvido''. O simplemente echarte en la cama, soñar, sonreír, volar, nadar, danzar, reír.... sin que nada importe. Sí... estaría bien que apareciese alguien, me agarrara de la mano y dijera sin prejuicios: ven, vamos a volar..